Votantes corresponsables de la
corrupción
Moncho Rouco
Sanchís,
Naseiro, Lapuerta y Bárcenas, forman parte de la historia de “esos personajes
de los que usted me habla”. Fraga, Hernández-Mancha, Aznar y Rajoy,
presidentes, con todos sus tesoreros imputados. Álvarez Cascos, Acebes y Cospedal,
secretarios generales y jefes directos dichos
implicados-imputados-investigados. Un partido, el Popular, fundado el 20 de
Enero de 1989, sobre las cenizas de Alianza Popular y el Señor Fraga como
alquimista. Tras 27 años de maniobras
orquestales en la oscuridad, acaban de solicitarle una fianza de 1,2
millones de euros por su implicación en el caso Bárcenas.
Los Thriller de la Política |
Andrea Levy, vicesecretaria de no-sé-qué,
tilda la fianza como una garantía cautelar… la pobre, sujeta al ridículo ante
la desaparición de Cospedal, ocupada en la búsqueda de un futuro para su
marido. Madrid y Valencia son los modelos a seguir, tras ellos están: Galicia,
Castilla y León, Castilla La Mancha, Murcia, Baleares, Andalucía, Melilla y
Canarias. Millones de euros en Suiza, la segunda casa de los patriotas. Aparecen
listados, altos cargos con sobres en sus bolsillos, desde Rajoy, pasando por Trillo
e incluso, la mismísima Cospedal. Se acumulan escritos judiciales en diversos
casos que implican al Partido Popular en fraude, corrupción y financiación
ilegal. Mordidas, comisiones, fundaciones fantasmas, ordenadores demolidos, visitas
papales, Fórmula I, bolsos de Rita, aeropuerto del abuelo… y así hasta el esperpento.
El Presidente en funciones de
gobierno dice desconocer todos los casos por los que le interrogan; que se
enteró por la prensa y acaba su declaración con el ya famoso: “Ese señor del
que usted me habla”. Más de 31 tramas investigadas, con 375 implicados a los
que traslada al anonimato. O no sabe o no quiere saber ¿Se imaginan que no
sepa?
En cualquier caso no se puede admitir que
un partido haya hecho trampas electorales durante más de 25 años, porque los
resultados están contaminados e
invalidados de pleno derecho. Sus decisiones serían nulas y la
resultante debería ser un Estado
fallido. Un corrupto no puede dirigir un país, de igual modo que un
conductor ebrio no puede pilotar un autobús escolar. Ya toda la sociedad conoce
a los golfos que han robado y al partido que se ha dopado. Los millones de
votantes que depositen en la urna la
papeleta del PP -que para colmo se llaman populares-, serán corresponsables de la
corrupción y estarán deslegitimados ante el resto de los españoles. El Partido Popular sufre el síndrome de los
zombis del que todas las formaciones políticas huyen despavoridas. Son el
Thriller de la política.
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