Albert
Rivera, el Hacendado de la Derecha.
Moncho Rouco*
“Este chico, Albert Rivera, es el yerno que toda madre
desea”, me decía una amiga el otro día. Tras unos segundos le respondí ¿Qué
daño te ha hecho tu hija para merecer eso? Naturalmente no esperé la respuesta,
sólo me fijé en su sonrisa. Hay que reconocer que el muchacho tiene atractivo y
aspecto de buena persona, aunque últimamente se está descuidando en su forma
física y aparece algo fondón. Quizás sean las preocupaciones de hombre de Estado
o el resultado de la cantidad de comidas de trabajo, desayunos informativos y
actos del partido con picoteo final. Lo cierto es que su aspecto se ha
redondeado hacia el centro. Nadie le podrá negar su dedicación y sus esfuerzos
denodados por lograr acuerdos aunque no valgan para acordar y que suponen
desacuerdos, con la circunstancia singular de que su imagen ha salido
reforzada, como un gran negociador de desacuerdos.
Tras el 20D se puso en acción la estrategia de C´s: sonreir
ante unos resultados que adivinaban mejores pero que le dejaron con los “40
principales”, perdón, escaños para su formación. Parecía difícil de resolver el
sudoku resultante de las votaciones, diabólicamente enrevesado. Rivera comprobó
que no sumaba ni consigo mismo y a Rajoy no le podía dar la mano, ya que
mancharía la suya. Cuando todo anunciaba fracaso resultó que pasaba por allí un
exultante Pedro Sánchez, emocionado ante unos resultados históricos para su
marca, los peores en democracia reciente. Ni se lo pensó un instante el muy
hábil y escribió en su agenda: reunión con el PSOE, operación “Vender humo”. A
pesar de la incredulidad general y que el humo era más ligero que el helio, no
se amilanó y comenzó a esparcir su sonrisa al tiempo que Sánchez mantenía la suya.
El novato Secretario General del PSOE acabó comprando un globo pintado con “200
acuerdos básicos” y lleno de un gas fabricado en el laboratorio de la
aritmética imposible.
No es casual la aparición en la escena nacional de la
marca naranja. Existen otros escenarios que sobrepasan al PP y que no están
siendo trazados desde la sede de Génova. En despachos lejanos se está gestando
la nueva derecha española, que resurja sobre las cenizas de un partido corrupto
en origen, en metástasis final. Ciudadanos irá tomando el relevo de manera
pausada, sin alardes, pero con paso firme. Los poderes fácticos ya han nombrado
sustituto. Nada se improvisa, lo tienen perfectamente programado. Podría
decirse, sin temor a equivocarnos, que Albert Rivera es el Hacendado de la
Derecha. ¡Recuerden que la derecha nunca juega a los dados! Lo que se intuía se
ha puesto de manifiesto: su marca blanca, Ciudadanos, acude rauda y veloz a
salvar gobiernos, a izquierda y derecha, con tendencia sesgada pero con la
ambición de protagonizar y monopolizar el centro político.
Alberto Rivera trasladó a Madrid su franquicia, ya sólo
habla catalán en la intimidad. El líder de C´s recuerda a aquellos comerciales
agresivos que tras dos horas de hablar sin parar consiguen que los invitados al
ágape, en estado de shock, se lleven
bajo el brazo aquel robot de cocina que nunca utilizarán. No olviden que cuando
alguien se parece a lo que creemos que es, es muy posible que sea lo que
parece.
Moncho Rouco Arquitecto Técnico |
Publicado en El Ideal Gallego y Nueva Tribuna
El 7 de Mayo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario