Caronte, el
barquero…
La Encíclica, Laudato si, del Papa Francisco, pone de relieve el rotundo cambio que ha supuesto que el cardenal Bergoglio sea, ahora, el Pedro del siglo XXI. Los sectores más conservadores de la sociedad occidental están muy preocupados por el contenido netamente ecologista de la mencionada encíclica. No existe vuelo papal sin declaraciones rompedoras, llenas de un sentido crítico y ético, impropio de la anquilosada Iglesia Católica. "El infierno no existe y Adán y Eva es un cuento”
declaraciones realizadas por el Papa Francisco que causaron gran revuelo en las
redes sociales e incomodaron al sector más ortodoxo de la iglesia. “Al igual
que la fábula de Adán y Eva, vemos al infierno como un recurso literario”.
Declaraciones matizadas en medios oficiales del Vaticano. Antes de que sea un
recurso literario he decidido hacer una visita al infierno.
Caronte, el barquero |
Comienzo el viaje al averno de la mano de Dante Alighieri
y su admirado maestro Virgilio. Llegamos a las puertas del infierno donde una
inscripción alerta: “Abandonad toda esperanza todos los que entréis aquí”. A
pesar de mi agnosticismo, un sudor frio se instala en mis sienes. Franqueada la
puerta, Caronte, el barquero nos aguarda. Dos monedas de plata sobre mis ojos,
cual Aquiles, le convencen y nos traslada al otro lado. Un resplandor me ciega,
un hedor a miseria humana me repele, en breve distingo un inmenso cono
invertido, fraccionado en nueve círculos decrecientes, y en su vértice Lucifer.
El primer círculo, El limbo, aquí
habitan los entes “no afiliados” a la iglesia y sin antecedentes penales. La Lujuria, el segundo círculo, me
sorprende encontrar a Aquiles, pero no a los pijos horteras cubiertos con
firmas de marca falsa, como condena eterna. El tercer círculo, La Gula, restos grasos y bacanales cirróticas
pasadas. La Avaricia, el cuarto círculo,
aquí giran contracorriente los ¿Por qué derrochas? contra los ¿Por qué acaparas?
El quinto círculo, Ira y Pereza, los
iracundos se pelean entre ellos, se despedazan con furia, ante la mirada
vidriosa de los perezosos que habitan en el lodazal.
El Infierno de Botticelli |
La humanidad parece galopar enloquecida a ocupar los distintos escalones infernales. Que cada cual realice su propia reflexión. Por mi parte, tengo identificado mi círculo con vistas al centro de la tierra.
A veces la vida nos pone a prueba y se presentan ocasiones en las que es preciso ver sin mirar a quien te mira sin verte. Es la mirada interior, el arte de imaginar, de anticipar sucesos. Es un concepto abstracto que define al ser humano como exponente máximo de la evolución. La Sabiduría o la habilidad de sumar inteligencia, lógica y experiencia, facultades inherentes al ser humano.
Moncho Rouco |
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