Pretenden que el silencio se
torne noticia
Y la noticia se dé
en silencio.
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PERIODISMO -PATRIMONIO DE LA LIBERTAD-
La historia está plagada de situaciones límite en la que
algunos gobiernos sometidos a estados de pánico, se vuelven paranoicos.
Recuerden:
Es muy peligroso tener razón cuando el
gobierno está equivocado.
Rafael Catalá, Ministro de Justicia, estudia multar a los
medios de comunicación que publiquen filtraciones judiciales tomando el relevo
de su predecesor, Alberto Ruiz Gallardón, que pretendió incluir en el proyecto
de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal “un sistema severo de sanción
administrativa”. El comentario final de sus declaraciones fue que “no está como
tal en la agenda política del Gobierno” y finalizó su reflexión añadiendo que “es necesario
sancionar con firmeza a los que filtren información que sea objeto de
investigaciones judiciales”. A esto, a toda esta diatriba se le llama amagar
sin golpear y dando un aviso claro a navegantes “informativos”. Nada dijo sobre
si el sancionado sería el que filtra el mensaje o quien lo publica. Sea como
fuese, despeja dudas sobre las intenciones: ¡matar al mensajero!
La historia está plagada de situaciones límite en la que
algunos gobiernos sometidos a estados de pánico, se vuelven paranoicos, extremadamente
peligrosos para la ciudadanía y con el resorte del poder en estado de
ebullición. La tentación es máxima, tratan de cerrar sus propias vías de agua
hundiendo el barco, globalizando el miedo y aflorando leyes que restringen la
posibilidad de ser criticados. Quienes ya peinamos canas recordamos perfectamente
el final del régimen franquista, con “estados de excepción” y todo el sistema
en alerta máxima para su propia subsistencia. Fueron tiempos muy duros, con un
nivel de violencia del aparato del Estado que predecía el final de un régimen
que iba a “vender cara” su extinción.
A finales del pasado mes de marzo se aprobó en el
Parlamento La Ley Orgánica de Seguridad
Ciudadana, más conocida como ley
mordaza, que entró en vigor de forma inmediata tras su publicación en
el Boletín Oficial del Estado (BOE), con el rechazo
unánime de toda la oposición y la alerta de organismos internacionales.
La nueva ley limita derechos fundamentales, como el de manifestación y reunión,
y constituye un ataque frontal a las libertades individuales. El círculo –ataque a las
libertades- se cierra con las manifestaciones de Catalá y pone en evidencia las
intenciones del Gobierno de Rajoy, ajustando cuentas con los medios “no
afines”, aquellos que no escuchan “las
voces de Moncloa”.
No soportan ser esclavos de su propio pasado y
pretenden que el silencio se torne
noticia y la noticia se dé en silencio.
La situación es desesperada para un gobierno con todos sus flancos abiertos y
procesos judiciales acorralando a un partido que, todo indica, ha hecho trampas
desde su aparición a principios de los años 90. Tales indicios nos hacen
saber que estos gobernantes no se irán sin más. Está comprobado que los
gobiernos “en final de ciclo” se tornan ásperos y agresivos. Recuerden: Es muy peligroso tener razón cuando el
gobierno está equivocado.
*Ramón Rouco.- Arquitecto Técnico, comentarista de actualidad en medios escritos, digitales.
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