Algo
se muere en el alma, cuando un amigo se va,
y va dejando una huella que no se puede borrar...
y va dejando una huella que no se puede borrar...
Palacio de San Telmo
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Andalucía despide a sus hijos en busca de futuro mientras
el pueblo asiste impotente
a la conjura
de los necios.
Algo se
muere en el alma de Andalucía cuando es testigo de actos de indignidad, de
ofensa a la tierra que los ha elegido. Unos parlamentarios estrenando escaño y
siendo llamados a capítulo por sus jefes, más allá de Despeñaperros, para que
negasen “el agua, el pan y la sal” y volver ingobernable a su país, nada les
importa el devenir de su tierra. La
perplejidad se ha instalado entre los andaluces, son conscientes de que las
fuerzas políticas han girado la cabeza hacia el 24 de Mayo y ponen sus
estrategias en función de las conveniencias para elecciones futuras. Por el molino
de Andalucía ya no pasa agua, la atención se ha desviado hacia los molinos que
están por llegar. A estas alturas, cuando la razón ha sido pisoteada, un amplio
espectro de la izquierda está reclamando sensatez y pragmatismo para formar un
núcleo firme que garantice un gobierno de izquierdas con apoyos puntuales.
El PSOE ha ganado con holgura las elecciones andaluzas,
la realidad haría que gobernasen en minoría. Ser incapaz de llegar a acuerdos
con otras fuerzas políticas es un síntoma de debilidad y escasez de cintura
política. Ganar es solo el principio, gobernar es el arte, ¡Aplíquese!
El PP ha perdido clamorosamente las elecciones, rehén de
una gestión nefasta para los españoles y para los andaluces en particular. El
líder del PP en Andalucía, como gallina sin cabeza, sigue a pies puntillas las
indicaciones de Rajoy: “impedir cualquier acuerdo que refuerce al PSOE” Andalucía que se joda, nunca nos quiso –estará
pensando el Señor Arenas-.
Políticos de discurso abreviado |
La marca PODEMOS, tercera fuerza política, arañando votos de su
comedero natural IU y los votantes del
“votar contra”. Semblante atónito de sus dirigentes, creían que el “asalto al
cielo” había comenzado, pero Pablo Iglesias lo ha dejado muy claro en su último
manifiesto: “Sólo tiene un objetivo, ganar las elecciones generales; lo demás
es secundario”. El gran dislate es que su representante en Andalucía no se ha
enterado de que ha perdido, que no es poseedora de las llaves del cielo y su
líder le ha dicho que se olvide, que nada de pacto, que Españñña está por
delante, su único objetivo.
Ciudadanos –patente blanca de la derecha para la liga
catalana- picando piedra en forma de PP, se establece como cuarta fuerza
política. Albert Rivera -decidido a jugar la liga nacional- ha llamado a su
“delegado regional” en Sevilla y le obligó a desdecirse de su inicial acuerdo y
a continuación exigir un documento de “rendición”, de tal calibre que hizo
inviable cualquier acuerdo. Así se verán liberados de “los molestos andaluces”.
El negocio piramidal de Albert es otro.
En Gran Bretaña los perdedores dimiten al minuto
siguiente, en España miran para otro lado y actúan como si tal cosa -Hipocresía
política-. Andalucía despide a sus hijos en busca de futuro mientras el pueblo
asiste impotente a la conjura de los necios.
No te vayas todavía, no te vayas por
favor
no te vayas todavía que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.
no te vayas todavía que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.