miércoles, 3 de enero de 2018

Granadilla, de  Froilán a Regalado, treinta años desperdiciados.
Primera Parte…
Moncho Rouco
El Médano, años setenta...
               Transcurría el verano de 1987 cuando un taxi me acercó desde el aeropuerto al Médano. Viajaba desde mi Galicia natal. Se aproximaba la medianoche y me extrañó la ausencia de alumbrado público a la entrada del pueblo. Al amanecer del día siguiente fui consciente de haber llegado a una pequeña villa del sur de Tenerife, que transitaba entre un pueblecito marinero y un lugar con aspiraciones turísticas.
                Era muy sencillo, la costa del Médano gozaba de un paraje natural de gran belleza, con la Montaña Roja marcando hechizo a los visitantes. Según cuentan los más afamados ufólogos, esta Montaña es el lugar de más avistamientos de OVNIS de toda Canarias…y no me refiero a jóvenes aspirando polvo blanco en noches de San Juan… He de reconocer que soy testigo de varios de esos avistamientos, aunque, a decir verdad, siempre mantuve los ojos cerrados, con la mirada interior. 
               Disponía, y aún mantiene, de las mejores playas de la isla. Tanto es así que, desde hace décadas, es el lugar de veraneo de centenares de tinerfeños, llegados en tiempos remotos, en El Correíllo, o sobre camellos, por el Camino Real. Era y sigue siendo la segunda residencia de muchas familias. En la Plaza, una guardería al aire libre, los niños juegan, saltan y hablan canario. Nadie podrá asegurar haber estado en Costa Médano sin haber acariciado su fina arena, sin haberse sentado sobre Peña María y al cerrar los ojos sentir la soledad de una enamorada en prolongada espera de su amado, procedente de la octava Isla. Comenta la leyenda que ese promontorio de forma caprichosa, sólo es María transformada en peña y refrescada por la espuma de un mar, que le robó la sonrisa y la esperanza. 
Recordando a María y a Juan
               Algunos veraneantes prefieren tomar el sendero que lleva desde la playa a la cueva del Hermano Pedro. Leyendas de guanches y misionero, en escape imposible, dentro de una rendija. Aquí caminan a la par, la devoción y la curiosidad.
               Desde Europa nos visitan jóvenes windsurferos, con la tabla bajo el brazo y la crema protectora, factor 50, en el rostro. Las olas de Costa Médano eran y siguen siendo un referente mundial. Con decirles que se celebran anualmente series del campeonato del Mundo de Windsurfing en el litoral del Cabezo. En el verano los vientos fuerza 4, por momentos, provocan que las tablas vuelen sobre las olas y la espuma marina refresque el “solajero” propio de estas latitudes. Nuestra costa estaba en posesión de todos los argumentos para asegurarse un futuro sostenible, un progreso alejado del “todo incluido”. 
               La Roja sólo nos exigía un compromiso: Cuidar y mantener el entorno, respetar lo que hemos heredado de nuestros ancianos y entregárselo, de igual modo, a nuestros descendientes.
               Entre La Roja y Bocinegro, al fondo, escondido entre los acantilados, aseguran haber oído los lamentos de El Loco de la Playa, en lamento desesperado por su amada. Una novela del recordado Don Leocadio Machado. Según cuenta el relato… “en plácidas noches de verano de principios del pasado siglo, el doctor Don Luís Gilpérez, veraneante en fonda con una de sus hijas, conversó con aquel loco en derrota, colega de profesión, y le transmitió, entre llantos, su tragedia”…
In Memorian...
            Mucho tiempo ha pasado desde aquel lejano 87. Mi estancia se ha prolongado más allá de lo proyectado inicialmente. A estas alturas ya gozo de la doble nacionalidad y El Médano es mi casa, mi hogar, mi refugio. Soy un vecino afortunado que habla canario con acento gallego…o no. 
               Muchos residentes en Granadilla de Abona bajan al Médano todos los veranos, festivos y puentes que merezcan serlo. Son nuestros vecinos de la medianía. Dicen, comentan que allí existe un Edificio, sede Municipal y responsable, sus responsables, de cuidar y amparar los rincones del municipio. Aquí, en este punto, salvo contadas y honrosas excepciones, se quiebra la realidad y se retuercen los intereses. El Médano y su entorno llevan sufriendo, desde hace décadas, el delirio y el maltrato de unos gobernantes, en una deriva egoísta hacia el TODO, con destino a la NADA, que utilizaron nuestro patrimonio natural a su antojo, cual caciques de viejo cuño.
Entre La Roja y Bocinegro, la leyenda...
                Si creen que exagero les ruego, les recomiendo, que lean la segunda parte de este relato y al final saquen sus propias conclusiones. Mientras tanto, sean felices y tras un fuerte impulso, súbanse a la grupa del 2018. Un año fundamental en el futuro de nuestra Costa Médano.

…/continuará. 

Publicado el 29 de diciembre de 2017 en La Voz de Canarias
*Moncho Rouco
Arquitecto Técnico- Escritor- Articulista
  


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