Hoy Puede Ser un gran Día…
Moncho Rouco
La sonrisa se había instalado en mis labios y el optimismo en mi estado de ánimo. Sin nada que celebrar, aunque la mirada interior me invitaba a un brindis al aire. Le comenté a mi pareja:
-¿Qué te parece, vamos a almorzar al Caballo Blanco?
Sin demora y con una sonrisa cómplice me contestó
-Si, por supuesto… ¿Celebramos algo especial?
-Que vaaa, me apetece… Es un buen día.
Le respondí, a medio camino de la verdad.
Y así, sin más, por menos, fuimos a aquel Caballo Blanco, el mismo que hace más de 30 años conocí, en una noche de verano, recién llegado a este refugio, al abrigo de la Roja.
Entre espuma de mar y La Roja al fondo. |
Sentado en la terraza, con La Roja al fondo, sonreí y confesé lo que María intuía…
“Hoy puede ser un gran día…” como recitaba el maestro Serrat. Les cuento, al tiempo que se lo cuento…
En el Parlamento se ha iniciado una nueva era, un momento irrepetible. ¡Por fin! Han pulsado el botón de la cisterna y comienza a derramarse por el desagüe la podredumbre y el hedor nauseabundo de las sentinas de un poder corrupto. No asistimos al principio del fin, ni siquiera al fin del principio, sólo se ha puesto en marcha una etapa de saneamiento democrático, con la seguridad de que nada volverá a ser igual…Y no porque desaparezcan los corruptos, más bien porque, a medida que el tiempo transcurra, más quedarán en grotesca evidencia.
El Parlamento no se ha movido un ápice, nada ha sucedió, sin embargo jamás volverá a ser igual. Este país sigue dónde ayer lo dejamos, nuestro día a día permanece, pero un resplandor, de proporciones insospechadas, se ha expandido desde la Carrera de San Jerónimo hasta más allá del horizonte. Los abrazos, las sonrisas y un olor a esperanza renovada contrastaban con la oscuridad de los derrotados, la furia de los defraudados, con una promesa de venganza reflejada en el rostro. El rencor se aloja en aquellos que todavía no encuentran explicación a la derrota o al mal cálculo demoscópico. La ira se ve reflejada en el rostro de la Señora Cospedal, cuando manifiesta “lamentarlo por España” cuando, en realidad, sólo se preocupa por los ocultos negocios de su marido. Ni un acento gastaré con Mariano Rajoy, nunca fui partidario de hacer leña del árbol caído. Sus ocho horas a cobijo de un restaurante lo retratan….
Hoy puede ser un gran día....
Nadie nos robará la sonrisa del rostro. Hoy, el tiempo se viste de esperanza, que nadie nos arrastre a sus rencores y miserias personales.
Pero no nos engañemos. Se anuncian tiempos muy duros, los salva patrias han prometido venganza. Como adelantado embajador de las tinieblas, nos envían al matón de taberna, Rafael Hernando, anunciando las siete plagas. Vuelven a utilizar el terrorismo como arma arrojadiza, las víctimas como moneda de trueque y profetizan el colapso de la España Imperial. LA DERECHA NO HACE PRISIONEROS… Se creen los herederos de la sinrazón pre democrática.
Partido Popular, Ciudadanos, Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro, regresan a las trincheras para, una vez lamidas las heridas, volver con renovados ímpetus y así, esto que llamamos Españñña, nunca deje de ser “la piel de toro”. Cuentan con la burguesía incomodada, la Europa de la prima de riesgo y la simpatía, indisimulada, de la Corona. Los borbones y sus “compi yoguis”.
Nunca lo olviden, utilizarán todos, todos los medios a su alcance, para revertir la situación.
Aquellos que ya vivimos en el ático de la vida, tenemos la facultad de mirar al pasado sin que el bosque nos impida ver el horizonte. Unos le llaman experiencia, preferiría pensar que es la sabiduría del tiempo transcurrido.
Mientras observo La Roja y Bocinegro me saluda, vuelvo la mirada a aquellos tiempos lejanos en los que un recordado profesor, Santiago Folla Cisneros, me invitó a formar parte de un equipo, me invitó a afiliarme al Partido Socialista Popular, el del viejo profesor Tierno Galván. Muchas sonrisas quedaron incrustadas en mi rostro, por el olor a pegamento, mientras fijaba por las paredes la cartelería, en las primeras elecciones democráticas… con resultados manifiestamente mejorables.
Transcurrido un tiempo, aquel viejo profesor apostó por la alcaldía de Madrid, dejando huérfanas a las bases del PSP. Un conocido personaje del PSOE de A Coruña nos invitó a que nos afiliásemos a su partido, asegurándonos que -nuestro trabajo sería tenido en cuenta y nos pondría en línea de salida-
Recuerdo perfectamente cuál fue mi respuesta:
-Paco, por favor, avísame cuando el PSOE sea socialista y me afiliaré.
De aquella charla han transcurrido más de cuarenta años y nada ha ocurrido que haga modificar mi criterio.
Nunca fui felipista. En el horizonte se oye, allá, en la lejanía, aquella frase:
“Hay que ser socialista antes que marxista”.
Jamás había oído un disparate intelectual de tal calibre. Suponía una ignorancia de proporciones épicas…como así fue. Resultó ser que este hombre, Felipe González, no era socialista, sólo vestía de socialdemócrata…y a eso, yo nunca jugué.
Transcurrieron los años y, recientemente, me interesó el movimiento del 15M. Incluso me trasladé a Madrid y sentado en Sol, asistí a algunas jornadas maratonianas con una multitud izando las manos al aire agitado, en señal de “Hola que tal”. La toma de decisiones debía ser por unanimidad…o sea, que los acuerdos eran escasos. Habían confundido el asamblearismo con la unanimidad. Volví con el grato recuerdo de muchos jóvenes y yayos preñados de la idea del cambio y la seguridad de que, lamentablemente, ese movimiento se iría diluyendo como azucarillo en el café.
Formé parte del embrión, poco tiempo más tarde, en algunas asambleas de los Círculos de Podemos, con resultados nefastos. Aquello era una auténtica caza de personalismos…y, además, debo reconocer que mi agnosticismo me lleva a no creer en los Mesías.
Quede claro que, no soy “sanchista”, más bien me alojo en el escepticismo…
Debo reconocer, con temor a equivocarme, que el acierto, el planteamiento correcto y cierto grado de osadía y buen karma, han llevado a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno. Hacía muchísimo tiempo que yo no transitaba por los pasillos de la ilusión y el sentimiento de que “no todo está perdido” La dificultad es suprema, las cartas escasas y los triunfos viven en sedes ajenas.
Gracias a todos los que han hecho posible esta pequeña primavera. Bien está que, de cuando en vez…”Seamos realistas, pidamos lo imposible”…“Esto nos concierne a todos”…”Prohibido Prohibir”… Mayo del 68, un rumor en el recuerdo.
Ustedes me disculparán, como bien decía el añorado John Lennon…solo soy un soñador.
Publicado el 2 de junio del 2018 en Nueva Tribuna.
Moncho Rouco Arquitecto Técnico. Escritor. Articulista. |