lunes, 2 de noviembre de 2015


¿Quo vadis, Ciudadanos?

                                                                                                                                                                  RAMÓN ROUCO*

El Ciudadano Rivera ha pasado de desnudarse en su primera campaña catalana a convertirse en pocos meses en “la esperanza blanca” de la derecha oligárquica, ante la más que probable debacle de un partido, el popular, quemado por cuatro años nefastos para España y su organización en metástasis por corrupción. Albert Rivera, campeón de natación con 16 años y jugador de waterpolo, abogado camaleónico, ha llevado a su “marca” Ciudadanos a situarlo como una de las opciones decisivas en las próximas elecciones generales. Su traslado a Madrid era evidente: sus aspiraciones personales no pasaban por el Palacio de la Generalitat por muchas razones, pero la más importante es el rechazo frontal de la mayoría de los catalanes a sus siglas y a lo que representan. Destino, Congreso de los Diputados, bancada de la derecha, visto desde la mesa del presidente del Congreso en el Congreso.

 
Albert Ribera en campaña


Nació en Barcelona el 15 de noviembre de 1979, de madre andaluza y padre catalán, criado en la Barceloneta, se licenció en Derecho en un centro privado (Esade). Trabajó en la asesoría jurídica de la Caixa durante 3 años, hasta 2.006. Su cintura política le hizo pasar por apoyos puntuales, en forma de papeleta, a CIU, PSC y PP. Para completar su formación se afilió a UGT... Hace un año, sin inmutarse fue capaz de humillar a los andaluces en un mitin: “enseñar a pescar o a dejar que la gente tenga su caña de pescar…" de ahí al señorito Arenas solo distan 30 años.


 
EL RECAMBIO SENSATO


¿Ciudadanos es de derechas, de izquierdas o de centro?, le preguntó Ana Pastor en su programa, respondiendo, tras los rodeos oportunos, que: “mi partido se equipara con los demócratas liberales europeos”. Un pensamiento liberal similar a UPyD, al que  fagocitó, con tocata y fuga de Rosa Díez. Ciudadanos, tras el “brutal” (¿) respaldo recibido en Cataluña, con votos prestados de un PSC en continua implosión, se dispone a preparar el engranaje, consciente de que está plagado de arribistas a la caza de poder.  Purgas constantes en las federaciones a dos meses de las próximas elecciones generales. Sería bueno ir un poco más allá del discurso hueco y fácil, para poner al descubierto sus prioridades, ya que según las encuestas -aunque recuerden: las encuestas las en-carga el diablo y la hace el mercenario-, este nuevo partido está llamado a ser árbitro de un encuentro con resultado incierto.

 

Ciudadanos se presenta como un partido centrado. Ser de derechas tiene un lastre histórico, se retroalimentó del franquismo y eso explica su discurso deliberado al centro. Las propuestas económicas son copia literal del blog Nada es gratis, vinculado económicamente a FEDEA,




 

fundación financiada por el Banco de Santander, el BBVA,  La Caixa y otras  grandes empresas del IBEX-35,  del que formó parte Luís Garicano, su economista de cabecera. Que cada cual forme su propia opinión. Quizás ha llegado el tiempo de decidir: ¿Le daría a Ciudadanos la llave de la caja? Piénselo, su futuro y el de sus hijos está en juego.                                
*MONCHO ROUCO
                                                                                                                                                         
Arquitecto Técnico. Director del programa ¡desde la Roja! en Radio Tiempo Tenerife y comentarista de actualidad en            medios escritos y  digitales y archivos en  su blog O Taboleiro (www.otaboleirodemonchorouco.blogspot.com).
                 
                                                                                                                             

 
 

 

1 comentario:

  1. Moi acertado. E moi necesario ir desvestindo a este 'árbitro' enxendrado na dereita, alimentado na dereita neoliberal, e orgulloso de selo. Dende logo, se nestas elecións votase só a Banca... saía Presidente por unanimidade.

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