CERRADO POR VOTACIONES
MONCHO ROUCO*
Llegan
tiempos de delirio político, de pánico en rostros al borde de lipotimia ante el
riesgo de perder sillones acolchados con mandunrrias distraídas. Son
conscientes del frío que hace fuera de los despachos oficiales y, en triple salto con tirabuzones incoherentes,
anuncian dimisiones para, a continuación, de manera vergonzante y vergonzosa,
someterlas a ceses “en diferido” sujetos a
futuros inciertos. En contradicción flagrante con declaraciones pasadas,
las arrojarán a la papelera de las promesas rotas -una más no importa, siempre
les quedará la trituradora de papeles- Serían capaces de vender su alma al
diablo, cual Fausto con Mefistófeles
haciendo de corruptor, para que existieran los borradores de memoria (aunque los
medios afines les ayuden con silencios patéticos, pero no suficientes) para
borrar el recuerdo colectivo que ponen el foco en las miserias personales de
personajes públicos que no son conscientes de que ya son pasado. Sólo les falta
declinar ese tiempo verbal. FAUSTO Y SU PLUMA ENSANGRENTADA |
CADA UNO A LO SUYO |
Tengan cuidado en los mercados con sus
carteras, pueden ser distraídas por carteristas profesionales, por trileros en
grupo o por políticos que les dan la mano; la misma con la que les han robado la sonrisa.
Dicen las encuestas que los indecisos alcanzan más allá del 40% del censo. Si
creíamos que lo habíamos visto todo, estamos muy equivocados. Puede empeorar.
El Señor Cayo y su voto pasarán de la disputa al travestismo. Unos, vestidos de
lagarterana, y todos, prometiendo aquello que incumplirán al minuto siguiente,
ya tenemos experiencia, otra cosa es que tropecemos dos, tres o más veces en la
misma piedra. No lo olviden, la culpable nos es la piedra, tan sólo nuestra
torpeza.
CERRADO POR VOTACIONES |
MONCHO ROUCO |
Arquitecto Técnico.
Comentarista de actualidad en medios
escritos y digitales
Publicado en El Ideal Gallego y El Digital de Tenerife.
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